ABANDONOS EN LA NATURALEZA

Filósofos como Rousseau y Kant suponían ya la existencia de personas así. El interés por este fenómeno es la consideración de la naturaleza humana como buena por naturaleza, lo que haría aparecer a estos niños como una prueba de ello, de modo similar a la consideración del hombre primitivo o el estado de los pueblos no civilizados como ejemplos de buen salvaje.
Carlos Linneo en su obra Systema naturae describiría sus tres características principales: hirsutismo (crecimiento excesivo de vello en mujeres, en zonas en las que no suelen tener), imposibilidad de hablar y dificultad para caminar erguidos de forma permanente. Estos niños muestran poca sensibilidad al frío y al calor, visión nocturna y sentido del olfato muy desarrollados; imitan sonidos de animales y prefieren la compañía de éstos a la de los humanos; olfatean la comida que van a ingerir, duermen del anochecer al alba, de acuerdo con las estaciones; y parecen ser sexualmente indiferentes. De todas formas, estas características dependen del momento en que los abandonen y los encuentren y del grado de interacción con animales y con personas durante su período al margen de la sociedad.